Queso Alp Blossom: el queso de las mil flores

Hay quesos chulos y luego está el Alp Blossom. Su prodigiosa cubierta a base de hierbas y flores -que bien pudiera parecer el detalle de un cuadro de Gustave Klimt- acredita holgadamente su liderazgo en la lista de quesos pasmosos. Lo elabora la cooperativa Sennerei Hubanen en la localidad austriaca de Doren (estado de Vorarlberg), con leche cruda de vacas Pardo Suizas. Pero tras seis meses de maduración se envía al lado germano de la frontera para ser vestido. Allí, el mayorista bávaro Kaeskuche le aplica ese orgiástico revestimiento vegetal, que entre otras cosas incluye caléndula, mejorana, lavanda, perifollo, apio de monte y aciano.

QUESO ALP BLOSSOM_7_4
De cortezas bonitas y otras cosas…

Bajo esa capa florida y herbácea asoma una pasta amarilla muy compacta y elástica, apenas salpicada de ojos redondeados tamaño lenteja. Os podéis imaginar que huele a fantasía, y así es. Sobre una base de mantequilla vieja, cuero y nueces despuntan sin rubor todo tipo de hierbas aromáticas que mal o bien nos recuerdan a tomillo, romero y espliego con un pronunciado toque especiado de pimienta negra y clavo. La textura es firme, pastosa, bien dulce y no carente de intensidad. De nuevo lucen los tonos mantecosos y los frutos secos, de nuevo la corteza aporta florituras, herbalismo y apacibles picantes. La verdad, resulta un queso fascinante no solo en lo visual, también en lo olfativo, en la sabrosidad y en el regusto a monte y especias. Y ya que estamos en Baviera, acompáñese una buena cuña de Alp Blossom con medio litro de Andechs, a discreción: Weissbier o Doppelbock.

Los comentarios están cerrados.

Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com.

Subir ↑