La Taberna de Hank (Luanco)… Cerrado

Pretendemos ir completando poco a poco el mapa de nuestros sitios cerveceros. No sabemos si nos llevará una o más vidas, pero hoy ponemos otra chincheta más en el ubérrimo paisaje de Asturies visitando La Taberna de Hank, todo un clásico que solemos frecuentar en cada visita a Luanco.

La Taberna de Hank es un local curioso. Situado desde 2007 en la calle Salvador Escandón, ocupa una casa de dos plantas más profunda que ancha, embutida como una anécdota entre dos edificios más grandes. Como resultado el espacio es alargado, con zona de mesas y neveras a la entrada, barra al fondo, más mesas en la planta superior. En la calle, que es peatonal y transitada, algunos barriles y mesas (ahora multiplicadas por las medidas pandémicas) permiten tomar la pinta al fresco y ver pasar la vida luanquina.

Sea como fuere, merece una visita el interior del local, que parece un museo del rock y la birra. Ambos temas se reparten la decoración, tan abigarrada que se diría no cabe un solo posavasos más. El tabernero, que siempre pensamos se llamaba Hank pero se llama Esteban, luce unas pintas a juego con el escenario y parece que acabe de bajar de una Chevy del 57. Suena preferentemente Rockabilly o Honky Tonk («sonido chigrebilly«, advierte una pegatina desde una de las neveras) y el mismísimo Hank Williams te recibe al entrar.

En cuanto a la oferta cervecera, siete grifos y tres neveras brindan apreciables alternativas a la hora de saciar la sed. De barril no suele faltar un rubia, una negra suave o una Bitter inglesa. Producto local o próximo (Asturias, Cantabria…) completan habitualmente la pizarra.

Las neveras acogen mayor variedad, desde clásicos belgas, británicos y alemanes hasta enloquecidas novedades en lata, la mayoría, por supuesto, IPAs y derivados. No se ofrece comida, pero con cada consumición te obsequian con un bollín preñau de chorizo, queso o morcilla, según.

En fin, un sitio para estar bien a gusto. Visita obligada en Lluanco si eres cervecero y/o rockero, o simplemente quieres echar un buen rato. Y aunque nunca nos cuadró, también solían programar música en directo.

ACTUALIZACIÓN JUL-2022: Este mes de julio nos lo hemos pasado enterito en Lluanco, que quiere decir que nos lo hemos pasado enterito en La Taberna de Hank, entre pintas de Löwenbräu, Goma 2 y alguna que otra Basqueland. Salvo los miércoles, que cierran para descansar (en invierno, también los martes). El caso es que, joder, qué bien se está en ese sitio y qué bien te tratan. Gracies mil a Esteban «Tebi», Tere, Leyla y Mari por hacernos sentir como en casa. Y por cierto, tropezamos una actuación en directo, los fabulosos Rockin’ Robins, un cuarteto gijonés con un rollazo que lo petan. Aquí la prueba:

ACTUALIZACIÓN ABR-24: Para sorpresa de muchos y pena de todos, La Taberna de Hank apuró barriles, vació neveras y cerró sus puertas el 28 de abril. Tras 17 años de hacerlo bien, de ofrecer buena birra, estupenda música y mejor trato, es sencillo imaginar que las muestras de cariño al conocer la noticia fueron tan sinceras como abrumadoras. Nos unimos, por supuesto, y desde aquí enviamos un fuerte abrazo a Tere y Tebi, también para Leyla, Chilus y Mari. Mucha suerte en lo venidero y en los viajes por emprender. Siempre será con un baúl cargado de buenos recuerdos.

Hank You!

Aquí algunas fotos de nuestra última visita pocas semanas antes del cierre.

¡¡ Salud y larga vida al sonido chigrebilly en La Taberna de Hank !!