Saliendo del BierCab nos plantamos en el Garage Beer Co. Es cruzar Muntaner y caminar apenas 100 m por la peatonal y exuberante Consell de Cent. En el número 261 encontramos la que fuera primera ubicación de Garage, allá por 2015. Hoy cuentan con fábrica en Sant Andreu y otro local cervecero en Poblenou, pero la ubicación de Consell de Cent sigue funcionando como brewpub, con los fermentadores dedicados a las cosas del Brett. Ambiente oscuro, decoración de aires industriales con toques yankis, la verdad que el local está muy guapo.
Según entras la barra queda a la derecha, cemento, metal y madera, algún globo señala la celebración del noveno aniversario de la casa. Tras la barra la pared alberga 12 tiradores y sobre ellos la pizarra indica lo que hay disponible. Se imponen las referencias de Garage, como es lógico, con apenas un par de artistas invitados ese día: Sea Shepherd y Sudden Death. Las pintas de la casa van de los 5 a los 7 euretes, bastante razonable. Pedimos un par de medias y muy amablemente la camarera nos advierte de que es el último servicio, se acerca la hora de cierre. Recibido, tampoco estamos para jotas a estas alturas. Por los mismos motivos, dejamos sin explorar las opciones de papeo, que básicamente consisten en focaccias, papas, nachos… otra vez será.
El local es profundo y largo. Más allá de la barra se abre una zona amplia con sofás retro y sillones de orejas, barriles con banquetas, mesas de madera con sillas de metal. Al final del todo una cristalera separa la zona dedicada a la fabricación. La verdad es el conjunto tiene sentido y mola mucho. El baño al fondo a la izquierda, como siempre.
Rostros conocidos encontrados: El Cabanón de Avilés
Aprovechamos para echar unas fotos lo mejor que podemos y ya casi al despedirnos le hacemos algunas preguntas a la camarera. Se llama Antonella y no solamente responde muy amable sino que, al enterarse de que regentamos este humilde despropósito bloguero, nos regala unas pegatinas y una birra para casa. Dice que al menos no entramos a bombo y platillo, exigiendo un todo gratis (en serio, ¿hay peña que va así por la vida?). Más maja que las pesetas, Antonella.
Y en fin, nos quedamos con las ganas de cumplimentar una visita más larga, pero la vida consiste básicamente gestionar el tiempo, la energía y el dinero disponibles, cosas todas ellas con una elasticidad finita. Ya volveremos con calma porque el sitio lo merece.
birrasyquesos 
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