Queso Fanbar Patamulo

Es el queso Pata de Mulo una elaboración bien extendida por la comarca castellana de Tierra de Campos, cosa que ya comentamos en la entrada dedicada a un tal ejemplar de Cabemar. Descubrimos ahora -también la ignorancia se extiende bien por entre nuestro conocimiento- que la marca Queso Artesano Patamulo está en realidad registrada desde hace más de 40 años por una empresa turolense. Tal empresa se llama Fanbar y ya la tropezamos al hablar del queso Tronchón. No le dedicamos sin embargo la mínima presentación debida. Vayamos por partes.

La historia de Fanbar arranca en 1972 de la mano de José Antonio Fandos y Nieves Barriuso, fundadores de la empresa y padres de la copiosa segunda generación: José, Juan, Miguel, Nieves, Susana, Rafa, Pilar, Javi, Ana, Rocio, Eloy y Elena. Se asientan en la localidad de Samper de Calanda y comienzan a trabajar con razas ovinas autóctonas (Rasa Aragonesa, Ojinegra) e importadas (Awasi). Durante el último tramo del siglo XX se consolidan como una pujante quesería, aportando profesionalidad al sector y elaborando sólidas referencias como Los Tambores o Bajoaragón. Por si fuera poco, con el cambio de siglo se meten en viñedos y vinos, que comercializan como Vinos al Natural.

Volviendo a nuestros asuntos quesunos, vamos con el Fanbar Patamulo. Está elaborado con leche pasteurizada de oveja, cabra y vaca. Las piezas exhiben la tradicional forma de tubo aplastado y cóncavo que por asociación da nombre a estos quesos. Maduran de dos a cuatro meses y se presentan untadas de grasa y envueltas en paño de algodón. Se elabora durante todo el año, pero dicen que en verano el Patamulo es más firme y más tierno en invierno.

Nuestra rodaja de Patamulo es invernal y desde luego tierna. Luce un corte ciego y un color marfil bastante clarito, que invita a imaginar una apreciable proporción de leche de cabra. Por contra la corteza presenta finos mohos de casi todos los colores. Quizá ya sugestionados por las sospechas caprinas, el aroma nos tira a yogur con un punto animal, pero en general es suave, lechoso y campestre. Por la misma senda siguen los sabores, con un bocado blandito, cremoso y casi soluble en boca. Sin renunciar al perfil láctico fresco, va ganando terreno el recuerdo del monte bajo y sus hierbas. Suave pero sabroso, sencillo pero largo, no deja de ser sorprendente este Fanbar Patamulo. Es de esos quesos que vas cortando y comiendo, y comiendo y cortando, y cuando te das cuenta te ventilaste la pieza.

Enfrentado a una Duvel envejecida en barrica de Bourbon no desentonó, pero fue batalla claramente desigual por la fortaleza de la birra. Una Export Lager nos viene a la memoria de un lance parecido.

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