Fogg Bar Birras & Cheese (Madrid)

Tras el incompletísimo pero intenso periplo por locales cerveceros barceloneses que nos pegamos en febrero, rematamos aquel mes de fantasía con una incursión en la también abundante oferta madrileña. Sí, estamos ya en mayo, tenemos la carpeta de borradores a punto de reventar y tardamos tanto en publicar las reseñas que uno de los locales visitados en Madrid ya cerró. Así que llegó el momento de ir poniendo temas al día. Arrancamos en un local que parece hecho a medida de este blog. Para mayor gloria de birrófilos, turófilos y disfrutones en general: Fogg Bar Birras & Cheese, en pleno Barrio de Las Letras. Ojo, que hay otro Fogg Bar consagrado a las birras y las hamburguesas en la Plaza de los Reyes Magos, esquina suroeste del Retiro. Ese, para la próxima.

El Fogg Bar Birras & Cheese echó a andar en 2015 con una apuesta clara y sencilla: cervezas artesanas y quesos de calidad, especial interés por el producto nacional. El local de la calle Moratín es alargado y profundo. La barra recibe a mano izquierda con 10 grifos que al momento de nuestra visita ocupaban íntegramente referencias de Basqueland: Total tap take over, pleno al 10. Sigue un mostrador desde el cual quesos y embutidos amenazan con inducir salivación extrema. Al fondo se abre una zona con barriles y banquetas. El ambiente es bien acogedor, madera y ladrillo, iluminación cálida, abundante cartelería y grafitis. Es jueves de noche, hay ambientillo sin agobios.

Rostros conocidos encontrados: La Taberna de Hank (Luanco) ; Xagó Surf

Pedimos unas pintas a Fer, que oficia de barman y encargado, tomamos posiciones en uno de los barriles y escudriñamos la carta. Aparte de quesos se ofrecen embutidos, nachos y smashed sandwiches en pan de pita. El queso estrella invitado es nada menos que el Gamonéu del Puerto. Finalmente pedimos al centro unos nachos y una tabla combinada de embutidos y quesos. Otro de lo foggies, Aitor, chuchillo en mano, nos prepara una tabla muy apañada y de buen tamaño. Viene con cecina, fuet, chorizo, butifarra y dos tipos de queso de los que no recordamos nombre, uno era de Toledo afinado con vino y flores, el otro tipo Raclette ahumado. La tabla 24 euretes, las pintas entre 5 y 7. Quedamos como paisanos.

Tras repetir ronda de birras aprovecho para charlar un poco con Fer, muy majo. Me cuenta del Fogg Bar y nos recomienda algunos locales cercanos que podemos encontrar abiertos. Estamos encantados en el Fogg, pero a menos de 100 pasos se encuentra La Maripepa. Vamos a echar la última.

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