Põhjala Tuul Imperial Gose

Salimos de Suecia pero no del ambiente nórdico que emana de la caja de birras que nos ocupa últimamente. Cruzamos el Báltico para llegar a Estonia y su capital Tallin. Allí espera Põhjala Brewery, de los cuales hasta ahora sólo pasaron por aquí cosas oscuras. En este caso nos ofrecen algo más claro y ligero, una Gose con grosellas blancas, aunque venga con vitola de Imperial y 8,0º. Además de grosellas lleva semillas de cilantro, flores de sáuco y, cómo no, sal rosa del Himalaya (que si no es rosa y del Himalaya ni es sal ni es nada, ya tú sabe). Eso en cuanto adjuntos. La base la ponen la malta Pilsner zero, el trigo, la avena, la espelta y el lúpulo Hallertau Blanc. Por cierto, la criatura se llama Tuul, que significa viento en estonio. Recordamos vagamente haber rajado en el pasado contra la imperialización de estilos ligeros y refrescantes. Siempre dispuestos a cambiar de opinión, allá vamos.

Tuul presenta un aspecto dorado, translúcido y con grandes cantidades de sedimento. El servicio obliga de desechar una buena porción del culo de botella si no se quiere una sopa con tropezones en el vaso. La espuma se forma blanca, quiere coger altura pero con el mismo ímpetu que sube se viene abajo y desaparece. Huele fresco y rico. Domina un tono cítrico y un fondo de especias que nos recuerda a pimienta blanca. De grosellas y flores poco rastro encuentra nuestro hocico. El sabor es afilado pero asequible, agridulce con su puntín salado. De nuevo dominan cítricos y especias, otras frutas se quieren sumar y diríamos pera o uva blanca. El amargor se aproxima a cero, los ocho graditos ni se notan y el regusto es suave, largo, ácido y afrutado. Bueno, va, bien. Pero fijo que por debajo del nivel que alcanzan en elaboraciones oscuras.

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